Museo nacional del Arte (INBA)
María Izquierdo (1902- 1955) se distinguió por su carácter fuerte y decidido, por ello, dejó la Escuela Nacional de Bellas Artes en 1929, apenas un año después de ingresar, para poder experimentar libremente con la forma y el color, transitando por la vanguardia.
A partir de 1939, su obra giró hacia la búsqueda de la identidad mexicana, por lo que su paleta de color se avivó, la forma se definió y comenzó a estudiar con mayor profundidad las diversas expresiones populares, desde el circo hasta la pintura de las escuelas regionales del siglo XIX. Siempre mantuvo a la mujer como protagonista, jamás como musa pasiva. Esto lo podemos apreciar en el autorretrato que pintó en 1940, en el que vemos a la artistas sentada al centro, rodeada por dos de sus sobrinas, reafirmando el valor que para ella tenía su familia y que podía compaginar perfectamente con su trabajo, algo que en la época era difícil de creer.
🖼️ María Izquierdo, “Mis sobrinas”, 1940